jueves, 26 de enero de 2017

¿Por qué la fruta es tan importante en el Arte?

Todos sabemos de la importancia de las frutas para nuestra salud, estado de ánimo, alimentación y en general, nuestra vida. Pero a veces no nos damos cuenta de la gran importancia que tienen estos alimentos en nuestra cultura e historia. Es por eso, que queremos enseñarles cómo los frutos han estado presentes en toda la historia del arte.

Hijo de Rene Magritte


Para nadie es un secreto que las frutas son un gran alimento para nuestro cuerpo por su inigualable cantidad de beneficios que nos permiten tener una vida más sana y por ende un estilo de vida mucho mejor.
Lo que muchos no nos habíamos dado cuenta, es que las frutas han sido un alimento que ha hecho parte de la creatividad, y cultura del ser humano a lo largo de la historia.
En toda la historia del arte, son innumerables los ejemplos en donde las frutas se convirtieron en un tema atractivo para la pintura gracias a su colorido aspecto y a su belleza innata. Desde los bajorrelieves y las pinturas egipcias, hasta las obras más surrealistas, se demuestra la importancia de las frutas en las culturas y en la manera de comunicárselo al mundo.

Arte Antiguo y arte clásico


Desde los egipcios hasta el arte grecorromano, las frutas estuvieron presentes en las manifestaciones artísticas de dos de las civilizaciones más importantes de la antigüedad, como una muestra de su importancia en la vida diaria de la humanidad.
Los antiguos egipcios adornaban el interior de sus tumbas con bodegones de frutas, pues creían que dichas representaciones de alimentos y de objetos domésticos se harían realidad en el más allá.


Por otro lado, para los griegos y los romanos, los bodegones y los retratos de objetos cotidianos estuvieron relacionados con el arte realista que se presentaba en dicho periodo y eran elementos que representaban la variedad de alimentos de la que gozaban las familias de alta posición, la hospitalidad y las estaciones del año.

Renacimiento


El Renacimiento es la época en donde los frutos comienzan a ser verdaderos protagonistas dentro de la pintura europea por su sentido simbólico, ya que éstos son un elemento común en los cuadros religiosos de Fra Angélico, Bellini, Botticelli, Tura, entre otros.
En el siglo XVII las frutas alcanzan una mayor importancia por efecto de la pintura especializada en bodegones y floreros, en donde algunas veces se veían acompañadas de flores, golosinas y otros elementos característicos de la decoración de la época.
En este momento de la historia del arte, las frutas eran utilizadas como un símbolo religioso o para establecer un contexto determinado de espacio y tiempo, como por ejemplo la estación del año o el paso del tiempo a través de frutos en descomposición.


Al ser elementos con tanto simbolismo, a cada fruta se le dio un significado diferente que ayudaba a los artistas a transmitir el mensaje que querían dar y estos son:
  • Limón y naranja: Según el contexto estas frutas tienen significados diferentes. El limón puede ser tomado como un símbolo de dolor, amargura o muerte, mientras que por otro lado la naranja significa fecundidad.
  • Manzana: Esta fruta es la que tiene un mayor número de significados en la historia del arte. Puede simbolizar la juventud, el rejuvenecimiento, la perpetua frescura, el deseo, el pecado, el amor carnal, o dependiendo del contexto también puede representar la salvación
  • Granadilla: Simboliza la vida eterna, la prosperidad divina, la unidad de la comunidad cristiana. Pero también puede significar la caída de la gracia y la naturaleza pecaminosa del hombre.
  • Uvas: Estas significan la lujuria y/o el pensamientos lujuriosos.
  • Melocotón: Este simboliza la virtud y el honor.
  • Fresa: Es el símbolo de la armonía, y el alimento del alma.
Mención especial: Giuseppe Arcimboldo, el pintor italiano que vivió durante dicha época, se caracterizó por hacer un tipo de retrato en que donde el rostro de los de las personas estaba hecho con agrupaciones de animales, flores y sobre todo frutas. Su obra no era apreciada en el renacimiento, pero después de varios estudios se determinó que fue uno de los grandes precursores de lo que se conocería como surrealismo, ya que en sus pinturas se podía encontrar una mezcla de sátira y alegoría.

Rudolf II de Arcimboldo

Siglo XIX y XX


En las épocas más modernas del arte, las frutas seguían siendo utilizadas en las obras pero no con el propósito de simbolizar y representar tantos significados, sino como un elemento más conceptual que buscaba establecer la emoción poética del creador de la pieza.
Este periodo de tiempo fue dominado, en gran parte, por corrientes artísticas poco realistas y abstractas, es por eso que cuando se hacían obras de arte en donde se incluían frutas y naturaleza, éstas no eran tan icónicas pues debían adaptarse a los criterios propios de cada corriente, como por ejemplo Claude Monet con el impresionismo, Vincent van Gogh con el postimpresionismo, Henri Matisse con el favismo, Joan Miró y René Magritte con el surrealismo, entre muchos otros

jueves, 19 de enero de 2017



CURIOSIDADES SOBRE GOYA


En la España de la Inquisición resultaba raro y hasta algo peligroso pintar a una mujer desnuda, pero Francisco de Goya y Lucientes (1746–1828) no era una persona que se intimidara con facilidad y decidió pintar uno de sus óleos sobre lienzo más famosos, La maja desnuda. Este en aquella época polémico cuadro, una de las más célebres obras de Francisco de Goya, está rodeado de un buen número de anécdotas y curiosidades.

La primera de ellas es que hay quien cree que la modelo del cuadro fue María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, duquesa de Alba, de la que se dijo que tuvo un romance con el pintor. Otro de los rumores que rodean al cuadro es que Goya tomó la fama de pintor rápido a raíz de pintar este óleo. Se dice que, mientras Goya lo pintaba, alguien informó al marido de la duquesa de Alba, José Álvarez de Toledo y Gonzaga, de que éste estaba pintando un retrato de su mujer desnuda. El ofendido marido acudió al día siguiente al estudio del artista, pero una vez allí, lo único que pudo ver fue el retrato de su mujer… totalmente vestida. La leyenda señala que Goya, alertado de que el marido de la duquesa había sido informado de que la estaba representando sin ropa, pintó el cuadro de La maja vestida en esa misma noche, sobreponiéndolo al óleo de la primera pintura.

En realidad, La maja desnuda es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un periodo que estaría entre 1790 y 1800 (el marido de la duquesa de Alba falleció en 1796, otro punto que parece desmentir la leyenda anterior), fecha de la que se tiene la primera referencia documentada de esta obra. La maja vestida sería una obra posterior, pintada entre 1802 y 1805.

El cuadro de La maja desnuda fue también conocido en la época de Goya como La gitana, y, desde luego, no se trata de un desnudo mitológico, sino del de una mujer contemporánea a Goya.


La maja desnuda de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm
La maja desnuda de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm)

Por otro lado, según señala el historiador Robert Hughes, lo más probable es que la modelo fuera Pepita Tudó, amante y posterior esposa del que estuvo al frente del Gobierno de España entre 1801 y 1808, Manuel Godoy, y que ambos cuadros fueran pintados a requerimiento de este último, pues consta fehacientemente que ambos cuadros formaron parte de un gabinete de su casa, siendo su primer propietario conocido. 

Se sabe que en el mencionado gabinete de la casa de Manuel Godoy, La maja vestida se hallaba colocada sobre La maja desnuda, y que este último cuadro sólo se podía ver mediante el accionamiento de un mecanismo. 



La maja vestida de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm
La maja vestida de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm)

Otros hechos que parecen descartar que el retrato fuese de la duquesa de Alba, son las diferencias que se perciben en el rostro con respecto a otros retratos existentes de la misma, así como la circunstancia de que el aspecto de la maja es diferente, siendo ésta más baja y de formas más redondeadas que la duquesa.

En 1807, La maja desnuda pasó a manos de Fernando VII que se la requisó a Godoy, y en 1814, la Inquisición decidió depositarla en una sala reservada de la Real Academia de San Fernando, fuera de la vista del público, al clasificar la obra de obscena y atrevida. La Inquisición también inició un juicio contra Goya, del que éste logró salir absuelto gracias al apoyo del cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga.

Fue en 1910 cuando ambos óleos sobre lienzo se llevaron al Museo del Prado.