jueves, 19 de enero de 2017



CURIOSIDADES SOBRE GOYA


En la España de la Inquisición resultaba raro y hasta algo peligroso pintar a una mujer desnuda, pero Francisco de Goya y Lucientes (1746–1828) no era una persona que se intimidara con facilidad y decidió pintar uno de sus óleos sobre lienzo más famosos, La maja desnuda. Este en aquella época polémico cuadro, una de las más célebres obras de Francisco de Goya, está rodeado de un buen número de anécdotas y curiosidades.

La primera de ellas es que hay quien cree que la modelo del cuadro fue María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, duquesa de Alba, de la que se dijo que tuvo un romance con el pintor. Otro de los rumores que rodean al cuadro es que Goya tomó la fama de pintor rápido a raíz de pintar este óleo. Se dice que, mientras Goya lo pintaba, alguien informó al marido de la duquesa de Alba, José Álvarez de Toledo y Gonzaga, de que éste estaba pintando un retrato de su mujer desnuda. El ofendido marido acudió al día siguiente al estudio del artista, pero una vez allí, lo único que pudo ver fue el retrato de su mujer… totalmente vestida. La leyenda señala que Goya, alertado de que el marido de la duquesa había sido informado de que la estaba representando sin ropa, pintó el cuadro de La maja vestida en esa misma noche, sobreponiéndolo al óleo de la primera pintura.

En realidad, La maja desnuda es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un periodo que estaría entre 1790 y 1800 (el marido de la duquesa de Alba falleció en 1796, otro punto que parece desmentir la leyenda anterior), fecha de la que se tiene la primera referencia documentada de esta obra. La maja vestida sería una obra posterior, pintada entre 1802 y 1805.

El cuadro de La maja desnuda fue también conocido en la época de Goya como La gitana, y, desde luego, no se trata de un desnudo mitológico, sino del de una mujer contemporánea a Goya.


La maja desnuda de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm
La maja desnuda de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 98 × 191 cm)

Por otro lado, según señala el historiador Robert Hughes, lo más probable es que la modelo fuera Pepita Tudó, amante y posterior esposa del que estuvo al frente del Gobierno de España entre 1801 y 1808, Manuel Godoy, y que ambos cuadros fueran pintados a requerimiento de este último, pues consta fehacientemente que ambos cuadros formaron parte de un gabinete de su casa, siendo su primer propietario conocido. 

Se sabe que en el mencionado gabinete de la casa de Manuel Godoy, La maja vestida se hallaba colocada sobre La maja desnuda, y que este último cuadro sólo se podía ver mediante el accionamiento de un mecanismo. 



La maja vestida de Francisco de Goya, óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm
La maja vestida de Francisco de Goya
(óleo sobre lienzo, 95 × 190 cm)

Otros hechos que parecen descartar que el retrato fuese de la duquesa de Alba, son las diferencias que se perciben en el rostro con respecto a otros retratos existentes de la misma, así como la circunstancia de que el aspecto de la maja es diferente, siendo ésta más baja y de formas más redondeadas que la duquesa.

En 1807, La maja desnuda pasó a manos de Fernando VII que se la requisó a Godoy, y en 1814, la Inquisición decidió depositarla en una sala reservada de la Real Academia de San Fernando, fuera de la vista del público, al clasificar la obra de obscena y atrevida. La Inquisición también inició un juicio contra Goya, del que éste logró salir absuelto gracias al apoyo del cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga.

Fue en 1910 cuando ambos óleos sobre lienzo se llevaron al Museo del Prado. 

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